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La regla del 10% - Ahorrar un 10% de todo aquello que ganamos cada mes es algo que los consultores financieros siempre recomiendan. Puede parecer difícil, pero si crees que no lo consigues puedes comenzar por un valor más bajo aún.

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Fondo de emergencias - Asume una postura prudente y guarda siempre algún dinero para una posible eventualidad futura. Evita así generar deudas en un momento en el que no tendrás las mejores condiciones para negociar por falta de fondos.

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Reduce los costes fijos - Intenta recortar aquellas cantidades de dinero que sean un gasto fijo cada mes. Por ejemplo: los contratos de gimnasio. Si vas al gimnasio solo en contadas ocasiones, no merece la pena pagarlo. Pagar internet todos los meses sin usarlo también es un buen ejemplo.

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Día de 0 gastos - Intenta hacer un día de 0 gastos una vez por semana. Controla el dinero que tienes en la cartera y selecciona un día de cada semana para hacer esto.

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Replantéate el contrato de teléfono - La verdad es que muchos de nosotros nos hemos dado cuenta de que hemos escogido un plan que no se adecua a lo que necesitamos. Analiza bien tus patrones de consumo y piensa en una tarifa que te favorezca.

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Usa dinero físico - Cada día más y más personas utilizan solo la tarjeta de crédito para pagar. No obstante, el uso de estas tarjetas hace que gastemos más sin pensar en lo que hacemos. Si gastamos ese dinero físicamente, tendremos una mayor noción de lo que estamos dejando ir.

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Marcas blancas para las cosas no imporantes - Si hay productos a los que no les das mucha importancia, pero que necesitas, como productos de higiene o de limpieza, debes apostar por las marcas blancas. Al fin y al cabo, gran parte de estas marcas salen de las mismas fábricas que las demás.

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¿De verdad necesitas todos los canales? - ¿Ya has pensado si de verdad necesitas todos esos canales que tienes contratados? Puedes comprar las series y las películas de forma individual y ahorrar así el precio del paquete completo.

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Salidas de casa - ¿Adoras ir al bar? ¿Y por qué no transformar el salón de tu casa en ese bar e invitar a todos sus amigos? Los costes son bastante más reducidos y más fáciles de controlar. ¡Incluso los invitados salen ganando!

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Vender - Seguro que tienes muchas cosas que no usas. ¿Por qué no venderlas? Ahora es más fácil que nunca gracias a internet e incluso Facebook tiene su propia plataforma para vender.

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Nuevo vs viejo - Antes de comprar alguna cosa tienes que pensar si ya posees algo que desempeñe esa función, o si merece la pena el desembolso. ¿De verdad necesitas un teléfono más moderno? ¿Un ordenador más potente?

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Usa tus habilidades - Puede que tengas un empleo estable, pero seguro que tienes alguna otra cosa que se te da bien hacer, como por ejemplo: cantar, dibujar, escribir bien... Usa estas aptitudes para obtener un ingreso extra.

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Define tus metas - Piensa siempre en el valor que quieres ahorrar y después en un valor un poco más bajo y otro un poco más alto. De esta forma jamás estarás desilusionado, porque tu dinero alcanzará alguna de las tres metas que has establecido.

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Define una lista de la compra - Antes de salir al supermercado, lleva siempre contigo una lista detallada de todo aquello que pretendes adquirir.

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Bombillas de bajo consumo - Los estudios indican que las bombillas de bajo consumo consiguen ayudarnos a ahorrar un 30% en la factura de la luz.

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Gastos inútiles - Haz una lista con aquellos objetos que compraste y solo usaste un par de veces. Aprende de tus errores y evítalos en el futuro.

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Transportes públicos - Independientemente de la comodidad, la verdad es que el precio que gastarás mensualmente en los transportes públicos es siempre menor que el que gastarás en combustible para tu vehículo.

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Combustible barato - Si tienes que usar tu coche de todas formas, investiga qué gasolinera cercana es la más barata. Existen aplicaciones de teléfono que te darán esta información de una forma rápida y eficaz.

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Comida de casa - Opta por comida hecha en casa para ti y tus hijos. Resístete a la tentación de ir a un restaurante a diario.

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Compra de segunda mano - Comprar de segunda mano no es ninguna vergüenza. Podrás encontrar objetos que fueron mínimamente usados por un precio bajísimo.

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Pide prestado - No hablamos de dinero, sino de artículos que te hacen falta en casa. ¿Te hace falta una herramienta para arreglar algo en casa? En lugar de comprarla para usarla una o dos veces, ¡pídesela al vecino!

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Intercambia los libros -

Este consejo es para los aficionados a la lectura. Si acabas de leer un libro, entonces cámbialo con alguien y crea una corriente de intercambio en tu calle o en tu barrio. Es una gran forma de ahorrar.

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Aprovecha tus cupones de descuento - Al tirar los recibos de compra, muchas veces perdemos dinero en descuentos.

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Use el modo de navegación de incógnito - Si estás planeando un viaje y quieres gastar lo menos posible, utiliza el navegador de incógnito. Recomendamos esto ya que las webs de viajes almacenan datos de tus búsquedas en el navegador normal y tienden a subirte los precios si buscas algún destino de forma regular.

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No compres agua embotellada - ¿No confías en tu grifo? ¡No hay problema, coloca un filtro de agua! A pesar de ser una inversión significativa, recuperarás el gasto en poco tiempo.

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Genéricos - Opta por productos genéricos en la farmacia. La diferencia de precio puede llegar a ser extraordinaria y los productos tienen casi la misma composición.

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Olvídate del teléfono fijo - ¿Aún usas teléfono fijo? Aunque aún lo uses, aprende a usar Skype y enseña a todos tus contactos que usan el fijo a hacer lo mismo. Es más simple y más barato.

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Ofertas culturales gratuitas - Mantente atento a la agenda cultural de tu área y descubre qué actividades pueden realizarse de forma gratuita. Como por ejemplo: convenciones, talleres, visitas...

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Olvídate de las tarjetas de crédito - Pueden ser una verdadera tentación y acabarás comprando cosas que no necesitas y generando una deuda con el banco. Si tienes una tarjeta de crédito o la quieres tener, te recomendamos mantenerla para los casos de emergencia.

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Compras impulsivas - Cuando estés a punto de hacer una compra impulsiva, piensa en cuántas horas de trabajo hacen falta para pagarla y decide si merece la pena.

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